1.1.09

El deporte en México: 1942


Pedro Díaz G.

1942

¿El mundo en Guerra?

El habitante de la ciudad de México empieza a sentir los estragos del conflicto armado y se produce un escándalo por la carestía: un grupo de mujeres del que llaman Partido Autonomista Mexicano apedrea la tienda de abarrotes La Bilbasína, en La Merced. Se sabe que el mejor deportista de México es el boxeador Juan Zurita, que vence en la votación anual al capitán Antonio Haro Oliva. Y una noticia envuelve de luto al olimpismo: el conde belga, Henri de Baillet Latour, afectado dolorosamente por la muerte de su hijo en un combate aéreo, expira, durante el sueño, a causa de un ataque al corazón. Al saber la noticia, el sueco Sigfried Edstrom, vicepresidente del Comité Olímpico Internacional, se coloca al frente del organismo y toma una grave decisión: no habrá Juegos Olímpicos en 1944.

Una olimpiada más deja de celebrarse.

Y, otra vez, por la misma razón: la Guerra.

El deporte debe esperar: la intervención alemana llega a Grecia y Creta; los ataques alemanes hacen blanco en Moscú; Japón bombardea Pearl Harbor y obliga a Estados Unidos a entrar a la batalla...

Del otro lado del Atlántico se decide también: no habrá Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe.

Silencio.

Llora México: el 13 de mayo un buque petrolero nacional, el Potrero del Llano, navega en aguas aparentemente tranquilas, muy cerca de Miami, cuando es herido de muerte por un torpedo alemán.

Son las 11.55 de la noche y sus 35 tripulantes se encuentran de pronto con el lúgubre mensaje: también México es arrastrado por el conflicto bélico: 15 de aquellos marineros son fulminados por el rayo explosivo.

No habrá Juegos.

¿Cómo, en medio de la guerra?

Junio: es torpedeado el Tuxpan, hundido el Las Choapas y se va a pique el Oaxaca. Es larga ya la lista fúnebre.

Y entonces, habrá que prepararse para el devenir histórico: el general Manuel Reyes Iduñate ocupa, desde el 3 de julio, el cargo de titular de la Dirección Nacional de Educación Física y Premilitar, en sustitución del general Tirso Hernández. Dependerá directamente de la Secretaría de Educación Pública.

Es la noticia deportiva. Ahora relacionada con la guerra.

Dice al llegar:

"Creo que lo más importante es trabajar con ahínco en los diversos cauces sociales actuales, como son el sector escolar, los amplios núcleos obreros, burocráticos y campesinos; pero sobre todo entre los adolescentes en edad premilitar o próximos a ella. Esta juventud integra, en potencia, la cantera de donde saldrán los soldados de un mañana más o menos próximo, y para ellos deben ser nuestras atenciones, mientras la situación de guerra exija de cada joven la posibilidad de tener que empuñar las armas en cualquier momento dado".

Hay, por supuesto, para los pacifistas, cuestiones más agradables en qué pensar cuando el fin de semana está aquí: excursionismo, frontón, ligas de beisbol, futbol, boxeo en la arena Nacional, luchas en la arena México...

¿El mundo enero en Guerra?

Sí.

* * * * *

1942.

Noviembre 20

¿Juegos de guerra?

Hay que tomar medidas prácticas en torno a la guerra.

Se inicia entonces, en diversas partes de la República, un reclutamiento masivo. Nayarit es uno de los primeros estados en contestar al llamado de "la defensa de la patria" y emite un decreto para en listar gente.

También el mensaje de guerra llega al alma del pueblo:

El tradicionalmente deportivo desfile del 20 de noviembre muestra, ahora, que el país se prepara con miras al devenir que pudiera presentarle la II Guerra Mundial y adiestra a sus jóvenes hijos para la eventualidad de que entren en combate. A la parada deportiva son añadidos civiles militarizados.

"Los Juegos de Guerra" llaman algunos a este suceso, en el que participa "la legión de guerrilleros mexicanos".

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