3.11.09

Apenas un puñado



Por Pedro Díaz G.

La Serie Mundial de beisbol tiene 105 años de disputarse, pero son apenas un puñado los mexicanos que han tenido oportunidad de lucirse en el Clásico de Otoño.

Por eso, porque es una rara ocasión el que tres jugadores mexicanos disputen esta serie, y ¡con los Yankees!

Sus nombres: el pitcher sonorense Alfredo Aceves, el segunda base Ramiro Peña, de Monterrey y el de sangre mexicana Jerry Hairston, ya que es de madre mexicana, de Culiacán y en el Mundial de beisbol pasado, junto con su hermano, jugaron por el equipo de México.

Pudo haber otro mexicano en la Serie mundial, pero los Filis dieron de baja a Rodrigo López de su roster de píchers en el último mes de juegos.

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Fin a varios años de ausencia en la loma de picheo.

El sonorense Alfredo Aceves se convirtió en el primer lanzador mexicano que ve acción en una Serie Mundial, desde que lo hizo el poblano Aurelio López con los Tigres de Detroit, en 1984.

Con Aceves son ya cinco pichers nacionales los que han visto actividad en la historia del Clásico de Otoño.

El primero fue Horacio Piña, con los Atléticos de Oakland en 1973.

Luego, Enrique Romo, con los Piratas de Pittsburgh en 1979.

Fernando Valenzuela hizo su aparición en el inolvidable 1981 con los Dodgers de Los Ángeles y el ya mencionado López, quien además se llevó el triunfo en el encuentro que le dio el título a Tigres.

Coincidencia: esos cuatro lanzadores lograron el campeonato con sus equipos, y ahora Aceves tiene esa oportunidad.

Valenzuela formó parte del equipo campeón de Dodgers en 1988, pero no vio acción por estar lesionado. Misma situación vivió Ricardo Rincón en 2006, con los Cardenales de San Luis. A ambos se les entregó su anillo de campeón.

Además, con la llegada del infielder Ramiro Peña, fue la primera ocasión que dos mexicanos están en el mismo roster en una Serie Mundial.

Hasta el momento hoy ningún mexicano se ha coronado con los Yankees.

En el 2003, otro de los mexicanos que estuvo en la serie Mundial fue Karim García, de Sonora: El jardinero, el único mexicano en ese Clásico de Otoño Yankees frente a Marlines, bateó para .250, con cuatro imparables y tres carreras remolcadas, en 16 turnos oficiales al bat.

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Hagamos varias pausas históricas.

La primera se llama Beto Ávila.

Temporada 1954.

En el 54 Ávila conquistó la corona de bateo de la Liga Americana con un promedio de.354 lo cual fue una marca. Fue el primer hispano en obtener un título de bateo en Ligas Mayores. Lo que hizo este logro aún más loable fue que jugó casi toda la temporada con un pulgar roto. También conectó 15 cuadrangulares, 112 carreras anotadas y 67 carreras producidas.

En ese misma temporada, los Indios enfrentaron a los Gigantes de Nueva York en la Serie Mundial, que enfrentó a los champion bats de las dos ligas, Ávila y Willie Mays; era la tercera vez que los máximos bats en las mayores se enfrentaban en la Serie Mundial; antes fue en 1909 (Honus Wagner vs. Ty Cobb), y en 1931 (Al Simmons vs. Chick Hafey).

En las Grandes Ligas, Ávila jugó 1.300 partidos con un porcentaje de bateo de 281 de por vida, con 80 cuadrangulares y 467 carreras producidas. Disputó cuatro partidos de la Serie Mundial de 1954 donde tuvo un bateo global de 133.

Pausa dos: Aurelio Rodríguez.

En lo que según el veterano administrador del equipo de Detroit, Jim Campbell consideró su más importante contratación, Rodríguez llegó a los Tigres junto con el corredor en corto, Ed Brinkman y los lanzadores Joe Coleman y Jim Hannan en octubre de 1970 en lugar del lanzador Denny McLain, el tercera base Don Wert y los jardineros Elliott Maddox y Norm McRae.

Fue un buen hombre. Un ser humano excelente declaró Sparky Anderson desde California. Tenía capacidad como los demás y un estupendo brazo, sólo él y Travis Fryman.

Anderson agregó, "tratamos de conseguirlo cuando entrenaba a Cincinnati en dos ocasiones distintas. Era un excelente tercera base".

Bajo la tutela de Billy Martin, entrenador de los campeones de la división este en 1972, Rodríguez no tuvo suerte al bat en la derrota ante Oakland en los playoffs. Sin embargo, en con los Yanquis de Nueva York en la Serie Mundial de 1981, su promedio fue .417.

Escribió de él la periodista Bertha Servín, el 24 de septiembre de 2000:

Solía sonreír ante la adversidad. Acostumbraba a hacer amigos donde estuviera. Pese a ser una de las máximas glorias del beisbol mexicano en las Grandes Ligas, nunca perdió el piso.

La voz de Aurelio Rodríguez se escuchaba siempre firme, sin titubeos...

Esto se decidirá hasta el último out solía decir cuando su equipo estaba contra la pared. Y ese optimismo lo inyectaba en cada uno de sus jugadores y en la mucha gente que siempre lo rodeó.

Aurelio será recordado por los aficionados por sus andanzas diamantinas en los parques de Estados Unidos y bajo el timón del beisbol mexicano.

En una trayectoria de 17 temporadas, portó las franelas de los Angelinos de California, Tigres de Detroit, Yanquis de Nueva York, Medias Blancas de Chicago y Orioles de Baltimore.

Su experiencia como manager fue breve, pues cumplió en 1999, su décimo año desde que se hizo cargo, ya comenzada la campaña, de los Sultanes de Monterrey, a quienes en 1991 llevó al campeonato, cuando los regiomontanos se impusieron en trepidante serie por 4-3 a los Diablos Rojos del México.

Aurelio continuó su carrera de manejador con los Sultanes, en 1991 y 92, Saraperos de Saltillo (1993), Industriales de Monterrey (1994), Broncos de Reynosa (1995 a 97) y Acereros de Monclova.

Y el ex astro de los Tigres siempre anheló otro campeonato.

Lo intentó en 1998, cuando por primera vez en su historia, los Acereros de Monclova llegaron a una final, pero los Guerreros frustraron su deseo.

En el beisbol del pacífico, por haber llevado a Algodoneros de Guasave a los playoffs por segundo año consecutivo, Aurelio Rodríguez fue nominado el Manager del Año en la Liga Mexicana del Pacífico.

El ex tercera base de los Yanquis ganó el trofeo "Cananea" Reyes, por su brillante trabajo al frente de Guasave, que regresaron a la máxima fiesta luego de ocho años de ausencia.

* * *

Tercera pausa evocadora: los anillos de campeón, en tono tricolor.

En 2002, el pelotero tijuanense Benjamín Gil dio al beisbol mexicano su séptimo anillo de campeón en Serie Mundial de Grandes Ligas, tras la coronación de Angelinos de Anaheim en siete juegos sobre Gigantes de San Francisco.

Además, el segunda base se convirtió en el segundo mexicano consecutivo en ganar el "Clásico de Otoño", luego que en 2001 el sonorense Erubiel Durazo lo hizo con Diamantes de Arizona, también en siete partidos, pero a costa de Yanquis de Nueva York.

Aunque Gil tuvo una escasa participación y sólo jugó en un encuentro como titular, Gil cumplió en sus pocas oportunidades que le concedió el manager Mike Scioscia.

Gil, quien sólo inició el cuarto de la serie, cuando el enemigo en el montículo fue el zurdo Kirk Rueter, bateó cuatro imparables en cinco turnos oficiales, con una carrera anotada y un doblete en el quinto partido como emergente.

No obstante, el tijuanense ya no saltó al diamante del Edison International Field para los últimos dos partidos, en los que Anaheim le dio la vuelta a la serie para conseguir el primer título de su historia.

Además de Gil y Durazo han resultado campeones Jorge Orta, con Reales de Kansas City en 1985; Aurelio López, con Tigres de Detroit en 1984.

La actuación más recordada por los aficionados mexicanos en una Serie Mundial fue la de Fernando Valenzuela en 1981, cuando guió a Dodgers de Los Ángeles a regresar de un déficit de 0-2 para coronarse ante Yanquis de Nueva York en seis partidos.

Los primeros mexicanos monarcas fueron Horacio Piña en 1973, enrolado con Atléticos de Oakland, y Enrique Romo en 1979, con Piratas de Pittsburgh.

Sin la misma suerte, los únicos derrotados en clásicos de otoño son el legendario Roberto Ávila, con Indios de Cleveland en 1954, y Aurelio Rodríguez, con Yankees en 1981.

A continuación, la lista de peloteros mexicanos en Serie Mundial, con su respectivo saldo final:

Año Jugador Equipo Resultado

1954 Roberto Ávila Indios de Cleveland subcampeón

1973 Horacio Piña Atléticos de Oakland campeón

1979 Enrique Romo Piratas de Pittsburgh campeón

1981 Fernando Valenzuela Dodgers de Los Ángeles campeón

1981 Aurelio Rodríguez Yanquis de Nueva York subcampeón

1984 Aurelio López Tigres de Detroit campeón

1985 Jorge Orta Reales de Kansas City campeón

2001 Erubiel Durazo Diamantes de Arizona campeón

2002 Benjamín Gil Angelinos de Anaheim campeón.

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Mexicanos en la Serie Mundial: apenas un puñado de valientes.

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